En este blog podéis ver en qué dedico el tiempo libre, que aunque no es mucho, procuro aprovecharlo en lo que más me apasiona: la costura. Aprendí este arte cuando tenía 16 años y me hice mi primer vestido. Me gusta hacer todo tipo de labores y manualidades y disfruto muchísimo con ello, aquellas personas que comparten esta pasión saben lo que quiero decir. A partir de hoy os iré mostrando todo lo que hago y espero que disfruten tanto viéndolo como yo haciéndolo.
sábado, 23 de junio de 2012
Ratita
Esta camiseta es para Julia, que ya tiene un añito y parece que fue ayer cuando nació. Un besito para Julia y otro para su mamá.
martes, 19 de junio de 2012
domingo, 17 de junio de 2012
El verdadaro valor del anillo
Hoy voy a transcribir otra historia del libro "Déjame que te cuente" de Jorge Bucay, titulada El verdadero valor del anillo, en ella se nos habla de la necesidad que tienen muchas personas, de obtener reconocimiento y valoración por parte de los demás, llegando incluso a obsesionarse de tal manera que se consideran poca cosa, poco importantes, torpes e ineptos, aquello que llamamos baja autoestima, personas que toman en consideración la opinión de "cualquiera" lo que a menudo les lleva a sentirse aún peor. La historia comienza así:
Nº 2: EL VERDADERO VALOR DEL ANILLO
-Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo ganas de hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?
El maestro, sin mirarlo, le dijo: "Cuánto lo siento muchacho.No puedo ayudarte, ya que debo resolver primero mi propio problema: Quizás después..." Y, haciendo una pausa, agregó:" Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este tema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar."
-E...encantado, maestro, -titubeó del joven, sintiendo que de nuevo era desvalorizado y sus necesidades postergadas.
-Bien - continuó el maestro. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo meñique de la mano izquierda y, dándoselo al muchacho añadió-: Toma el caballo que está ahí fuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo porque tengo que parar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, y no aceptes menos de una moneda de oro. Vete y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.
El joven tomo el anillo y partió. Apenas llegó al mercado, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes, que lo miraban con algo de interés hasta que el joven decía lo que pedía por él.
Cuando el muchcho mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le giraban la cara y tan sólo un anciano fue lo bastan te amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era demasiado valiosa como para entregarla a cambio de un anillo. Con afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un recipiente de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro y rechazó la oferta.
Después de ofrecer la joya a todas las personas que se cruzaron con él en el mercado, que fueron más de cien, y abatido por su fracaso montó en su caballo y regresó.
Entró en la habitación -Maestro- dijo-, lo siento. No es posible conseguir lo que me pides. Quizás hubiera podido conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.
-Eso que has dicho es muy importante, joven amigo -contestó sonriente el maestro- Debemos conocer primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar a caballo y ve a ver al joyero. ¿Quién mejor que él puede saberlo? Dile que desearías vender el anillo y pregúntale cuánto te da por él. Pero no importa lo que te ofrezca: no se lo vendas. Vuelve aquí con el anillo.
El Joven volvió a cabalgar.
El joyero examinó el anillo a la luz del candil, lo miró con su lupa, lo pesó y luego le dijo al chico: -Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya mismo, no puedo darle más de cincuenta y ocho monedas de oro por su anillo.
¿Cincuenta y ocho monedas de oro? exclamó el joven.
-Si, replicó el joyero. Yo se que con tiempo podríamos obtener por él cerca de setenta monedas de oro, pero si la venta es urgente....
El joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido.
-Siéntate - dijo el maestro después de escucharlo. Tú eres como ese anillo: una joya, valiosa y única. Y como tal, sólo puede evaluarte un verdadero experto. ¿Por qué vas por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?
Y diciendo ésto, volvió a ponerse el anillo en el dedo meñique de su mano izquierda.
Y diciendo ésto, volvió a ponerse el anillo en el dedo meñique de su mano izquierda.
sábado, 16 de junio de 2012
Flamencas divertidas
Este año, se apuntaron algunos compañeros más para llevar estas divertidas camisetas en la Feria y fiestas de San Antonio.
jueves, 7 de junio de 2012
El elefante encadenado
Desde hoy y, si puede ser una vez a la semana, me gustaría compartir unas historias de una reconocido y prestigioso Psicoterapeuta y escritor, del que me encantan todos sus libros, JORGE BUCAY . Me encantó uno titulado "Déjame que te cuente" En el libro va contando diversos cuentos que te hacen reflexionar y que de alguna manera, te enseñan a vivir. Yo recomiendo el libro, no obstante voy a escribir estas sencillas historias y voy a empezar por la siguiente:
¿Quién no ha dicho alguna vez -No puedo, ¡No puedo! . No puedo y nunca podré. Jorge Bucay dice que la única manera de saber si puedes conseguir algo es intentarlo de nuevo poniendo en ello todo tu corazon...¡Todo tu corazón!
La historia comienza así:
Nº 1: EL ELEFANTE ENCADENADO
Cuando yo era pequeño me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales. Me llamaba especialmente la atención el elefante que, como más tarde supe, era también el animal preferido por otros niños. Durante la función, la enorme bestia hacía gala de su peso, un tamaño y una fuerza descomunales...Pero después de su actuación y hasta poco antes de volver al escenario, el elefante siempre permanecía atado a una pequeña estaca clavada en el suelo con una cadena que aprisionaba una de sus patas.
Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera, apenas enterrado unos centímetros en el suelo. Y, aunque la cadena era gruesa y poderosa, me parecía obvio que un animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su fuerza, podría liberarse con facilidad de la estaca y huir.
El misterio sigue pareciéndome evidente. ¿Qué lo sujeta entonces? ¿ Por qué no huye?.
Cuando tenía cinco o séis años, yo todavía confiaba en la sabiduría de los mayores. Pregunté entonces a un maestro, un padre, un tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado. Hice entonces la pregunta obvia "Si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan?
No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente. Con el tiempo, olvidé el misterio del elefante y la estaca, y sólo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho esa pregunta alguna vez. Hace algunos años, descubrí que, por suerte para mí, alguien había sido lo suficientemente sabio como para encontrar la respuesta:
El elefante del circo no se escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy, muy pequeño.
Cerré los ojos e imaginé al indefenso elefante recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que, en aquel momento, el elefantito empujó, tiró,y sudó tratando de soltarse. Y, a pesar de sus esfuerzos, no lo consiguió, porque aquella estaca era demasiado dura para él.
Imaginé que se dormía agotado y que al día siguiente lo volvía a intentar, y al otro, y al otro....Hasta que, un día, un día terrible para su historia, el animal acepó su impotencia y se resignó a su destino.
Ese elefante enorme y poderoso que vemos en el circo no escapa porque, pobre, cree que no puede. Tiene grabado el recuerdo de la impotencia que sintió poco después de nacer y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese recuerdo.
Jamás, jamás intentó volver a poner a prueba su fuerza.....
Como dice Bucay a veces vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad. Vivimos pensando que "no podemos" hacer montones de cosas, simplemente porque una vez, hace tiempo, cuando éramos pequeños, lo intentamos y no lo conseguimos.
lunes, 4 de junio de 2012
sábado, 2 de junio de 2012
Conjunto de baño Daniela
Mini mantel navidad
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